martes, 5 de julio de 2011

El balón es mi amigo

Para muchos de los que nacimos a fines de los ochenta, Capitán Tsubasa (más conocido por estas tierras como Los Supercampeones) fue una de las series de cabecera. Luego del éxito del cómic, Captain Tsubasa llegó a la pantalla chica en 1983 y permaneció al aire hasta 1986. Fueron 128 capítulos de 21 minutos, que comenzaron narrando la historia tal cual estaba en el cómic, pero que con el paso del tiempo fue añadiendo elementos extra.

Años más tarde, en 1989 y 1994, se estrenaron secuelas, que ya mostraban la preparación de Oliver Atom y sus amigos para el mundial juvenil. Una tercera serie se estrenó en 2001 y se llamó “Road to 2002”. Allí, se contaba la historia de Oliver en tres partes. La primera muestra su infancia en Brasil, su paso por el Niupi japonés y luego, ya de grande, jugando para el Barcelona español mientras esperaba la Copa mundial, donde se reencontraría con Steve Hyuga y Wakabayashi, entre otros.

Hasta acá, una breve introducción a la serie. Quizás como parte de la lisergia misma de Captain Tsubasa (corridas interminables, cabezazos que incluyen saltos eternos, tiros de águila y demás, ¿sushi veloz de por medio?), en algún momento se instaló una versión sobre el supuesto final de la serie. No era el más feliz, claro.



Ese mito urbano remitía al primer capítulo de la serie, donde Oliver se salva de ser pisado por un camión gracias a la pelota (de ahí la frase "el balón es nuestro amigo"), y consistía en afirmar que el final de todo Atom despertaba en un hospital... sin piernas. Todo era un sueño (de hecho, así se llama el primer capítulo), un invento de su propia imaginación.

El video original que aparentemente probaba este final jamás apareció. En internet solo se encuentran algunos montajes hechos en Photoshop y mucho morbo. Pero ese final, como diría Maradona, es puro tocuen. Y tocuen es cuento.

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